Subasteros, el nuevo cliente de la banca, por lo general, dan pérdidas por definición, ya que buscan las rendijas del sistema para engancharse a las ofertas y a los productos de presentación.
Dicha clase de usuarios trata de devolver a bancos y cajas de ahorro su propia medicina. Se aprovecha del previsible modus operandi de la banca, que consiste en crear y ofertar artículos financieros atractivos para, después, entablar una relación con el cliente que implique que éste amplíe el espectro de productos.
El propósito de estos depósitos presentación es, en definitiva, arrebatar usuarios a otras entidades, o bien, bancarizar a otros nuevos. Algunas entidades, como el caso de Bankinter, crean una propuesta de valor para el cliente, siempre personalizada y adaptada a sus necesidades. Además, el banco -cuya apuesta por la multicanalidad en la comunicación con el cliente es de sobra conocida- contacta en varias ocasiones con el cien por cien de las personas que contratan un depósito durante el tiempo de duración del mismo.
Se utilizan los sms, los correos electrónicos y las llamadas telefónicas para mantenerse siempre cerca del cliente.
En lo que se refiere a los subasteros, obviamente, no entran en esta dinámica comercial planteada por la industria financiera, ellos tienen perfectamente estudiado su modo de obrar.
Contratan el depósito que mayor interés tiene al menor plazo posible, con lo que necesitan estar al día de las distintas promociones que presenta el sector. Y así sucesivamente, de entidad en entidad. Como consecuencia, al no ser estos productos rentables per se para los grupos financieros -sólo producen beneficios si se introducen otros en la cartera del usuario-, el subastero hace perder dinero a la sucursal en la que da de alta los depósitos.
Aunque los subasteros no suelen cambiar su manera de operar, el reto para el sector financiero está en lograr la mayor tasa de retención posible superando al promedio del sector; y que la vida media del cliente sea también lo más alargada que permitan las circunstancias.
El perfil tipo del subastero es el de un cliente conservador, con una relación superficial con el banco, infiel por naturaleza, con mucha aversión al riesgo y que tiene siempre una perspectiva a corto plazo.
La modernización ha aterrizado en este grupo de clientes, ya que están los de toda la vida, que llevan años dedicados a esta actividad e, incluso, trasladan el dinero en metálico en su propio bolsillo. Por lo general cuidan al máximo detalles como ingresar su inversión antes de las once, el límite que marca el Banco de España para que la fecha de valor sea ese mismo día.
Básicamente, un subastero es aquel que va haya donde mejor rentabilidad tenga su dinero y en el momento que pueda. Si tienes un depósito en el cual te dan menos pero las condiciones de cancelación no te son rentables frente al interés que conseguirás en la otra promoción.