El BBVA se está convirtiendo en el gran salvador de las grandes constructoras españolas. Ya ha salvado a ACS en diferentes ocasiones, ahora ha hecho lo mismo con Esther Koplowitz, presidenta y máxima accionista de FCC.
El banco presidido por Francisco González le ha refinanciado préstamos por más de 500 millones de euros.
Situación que han confirmado fuentes próximas al grupo de construcción, cemento y servicios. De todos modos, sostienen que el alargamiento de los vencimientos de la deuda de Esther Koplowitz se firmó ya hace unos meses y que desde ese momento BBVA no ha vuelto a exigir nuevas garantías como consecuencia de la nueva caída de la acción.
De esta manera, niegan determinadas informaciones extendidas por el mercado sobre los efectos del brusco retroceso en bolsa de FCC en el patrimonio de la presidenta.
A Esther Koplowitz le pesan mucho las últimas adquisiciones que hizo sobre el capital de la constructora a precios muy superiores al de la cotización actual.
La ejecutiva compró en enero de 2008 un 5% a Ibersuizas por 381,5 millones de euros, al abonar 55,94 euros por cada título.
Hoy día, ese paquete apenas vale 105 millones, 275 menos de lo que pagó. El BBVA ya le había ayudado en julio de 2004, cuando Koplowitz se apoyó en Ibersuizas la familia Aguinaga (Eurocis) y los propietarios de las Bodegas Faustino para adquirir el 25,7% que tenía el grupo francés Veolia. Se gastaron 914,5 millones, a razón de 28,6 euros por acción, una buena parte a crédito.
Con esas dos transacciones, Esther Koplowitz pasó a controlar el 83,92% del capital de B- 1998 y, en consecuencia, el 52,4% de FCC. El pasado año elevó ese paquete al 89% al comprar el 5,73% que tenía la familia Peugeot –también a un precio superior al de mercado- en la instrumental.
Desde FCC no se han querido dar más datos sobre el estado patrimonial de su presidenta, que tiene minusvalías de entre 400 y 500 millones de euros a raíz de todas estas operaciones. BBVA también se ha negado a comentar esta información, si bien fuentes de la entidad aclaran que, como con cualquier otro cliente, se negocian las condiciones.
Otras fuentes no oficiales de BBVA admiten que a la entidad no le gusta financiar inversiones financieras cuya garantía son las acciones y que cuando lo hace es muy exigente con la contraparte. Pero lo cierto es que el banco es protagonista de un amplio número de préstamos con esa vocación. Los más conocidos son los que dio a ACS para facilitar sus adquisiciones de Iberdrola y de Hochtief.
Objetivos 2011-2012
La solvencia de Esther Koplowitz no tendrá consecuencias sobre la cotización de la compañía al haber refinanciado sus préstamos con BBVA. Un alivio para el resto de accionistas, ya que en círculos financieros se temía que el banco podía obligar a la empresaria a vender parte de sus títulos para hacer frente a sus obligaciones contractuales.
El grupo está centrado en intentar vender sus negocios de cemento en Estados Unidos. Una desinversión de más de 600 millones de euros que le permitiría coger aire para alcanzar los objetivos de 2011 y los de 2012.
Si no se desprende de ningún activo antes de diciembre, el resultado del grupo corre el riesgo de quedarse por debajo de los 300 millones prometidos.